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Quién me mandó venir aquí

En la delgada línea roja

Estoy a casi una hora de mi primer examen en Francia. Evidentemente no guardo ninguna esperanza. Me tranquilizo pensando que peor lo tiene Chris, mi compañero inglés. Intentaremos ser como Castaños y Wellington. Y en medio de estas momentos de pavor, mientras repaso los nombres y las fechas de innumerables asociaciones por los derechos femeninos de medio mundo,la sensación de desamparo que acongoja a nuestras fuerzas en Nromandía me ha llevado a una inesperada idea. He decidido abrir mi blog a otras personas que deseen postear sus comentarios. Espero que alguien esté interesado y me lo comunique. Evidentemente no han de seguir mi raya editorial (efectivamente, no es una línea), aunque si un poquito de afinidad temática, es lo único que pido, no se vaya a convertir esto en un sinfín de crónicas personales y blogs paralelos. Espero vuestras respuestas y vuestra participación.

PDTA: En todo caso voy a violar nuevamente las leyes antispam realizando una nueva campaña de propaganda de mi blog. Espero que los blogs amigos o enemigos colaboren.

Un saludo.

Ahora es cuando viene la escena esa tan larga donde siempre me duermo de la estela del barco en el agua mientras Sean Penn suelta un monólogo infumable.

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