Balance de la visita oficial al Reino de España
Como sabeis, mañana día 1 finaliza mi estancia en este país de mierda.
A lo largo de esta visita han surgido incidencias como la ausencia del presidente Zapatero en la reunión prevista a causa de su agotamiento crónico o los abucheos de los manifestantes antiglobalización por mi apoyo a la guerra de Crimea. Anécdotas a parte, retorno a Francia con la total convicción de que romper todos los lazos que sean posibles que este país estepario y semidesértico plagado de frentes obtusas y dobles palabras no será sólo positivo sino necesario. En lo que respecta a otros aspectos (no recuerdo haber estado tanto tiempo borracho en ninguna ocasión previa) mejor no hablamos, porque más allá de mi entendiemiento tengo algunos problemas de conciencia. Como consecuencia intelectual me llevo también el convencimiento de que los españoles están donde están y no donde podrían llegar a estar porque no pueden hacer otra cosa, sobre todo un número amplio pero determinado de mentes (por llamarlas de alguna manera) que ya no llevan boina física pero desde luego sí cerebral.
En fin, que aquí os dejo peleando por cosas tan importantes para el bien común como la bandera de la seleccion de hockey e intentando demostrar quien los tiene más grandes y por extensión tiene el terruño más de puta madre, lo cual no deja de ser gracioso teniendo en cuenta que todo esto será bastante parecido al sahara dentro de unos 50 años. Si algñun día deidís hacer de una vez por todas las cosas como de verdad os molan y como mejor sabes, esto es, a garrotazo limpio, por favor comunicádmelo en los 235.000 lenguas cooficiales en el futuro estado libre asociado historico-nacional de El Bierzo para que empiece a hablar el francés con acento húngaro y por supuesto, pida una nueva nacionalidad.
Y no se me olvide recordarle a mis amigos historiadores que deberían aprovechar este momento en el que súbitamente todo el mundo a comenzado a preocuparse bastante por ir a investigar a los archivos nacionales (sólo así se explica que monten barricadas para evitar que le devuelvan lo que es suyo a sus legítimos dueños, lo cual por cierto, debería alegrar a los que sois comunistas ante el claro triunfo de las ideas stalinistas de incautación y nacionalización entre el noble pueblo castellano) para sacarle algún dinerilloa los contribuyentes para conservación e investigación (que tanto les preocupa, insisto) Hasta algún día en Españolavia.
A lo largo de esta visita han surgido incidencias como la ausencia del presidente Zapatero en la reunión prevista a causa de su agotamiento crónico o los abucheos de los manifestantes antiglobalización por mi apoyo a la guerra de Crimea. Anécdotas a parte, retorno a Francia con la total convicción de que romper todos los lazos que sean posibles que este país estepario y semidesértico plagado de frentes obtusas y dobles palabras no será sólo positivo sino necesario. En lo que respecta a otros aspectos (no recuerdo haber estado tanto tiempo borracho en ninguna ocasión previa) mejor no hablamos, porque más allá de mi entendiemiento tengo algunos problemas de conciencia. Como consecuencia intelectual me llevo también el convencimiento de que los españoles están donde están y no donde podrían llegar a estar porque no pueden hacer otra cosa, sobre todo un número amplio pero determinado de mentes (por llamarlas de alguna manera) que ya no llevan boina física pero desde luego sí cerebral.
En fin, que aquí os dejo peleando por cosas tan importantes para el bien común como la bandera de la seleccion de hockey e intentando demostrar quien los tiene más grandes y por extensión tiene el terruño más de puta madre, lo cual no deja de ser gracioso teniendo en cuenta que todo esto será bastante parecido al sahara dentro de unos 50 años. Si algñun día deidís hacer de una vez por todas las cosas como de verdad os molan y como mejor sabes, esto es, a garrotazo limpio, por favor comunicádmelo en los 235.000 lenguas cooficiales en el futuro estado libre asociado historico-nacional de El Bierzo para que empiece a hablar el francés con acento húngaro y por supuesto, pida una nueva nacionalidad.
Y no se me olvide recordarle a mis amigos historiadores que deberían aprovechar este momento en el que súbitamente todo el mundo a comenzado a preocuparse bastante por ir a investigar a los archivos nacionales (sólo así se explica que monten barricadas para evitar que le devuelvan lo que es suyo a sus legítimos dueños, lo cual por cierto, debería alegrar a los que sois comunistas ante el claro triunfo de las ideas stalinistas de incautación y nacionalización entre el noble pueblo castellano) para sacarle algún dinerilloa los contribuyentes para conservación e investigación (que tanto les preocupa, insisto) Hasta algún día en Españolavia.
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