Blogia
Quién me mandó venir aquí

Do widzenia

Escribo con la urgencia de un adiós. Hoy esta tierra que nos encontró se ha vestido con sus mejores galas, su suave lluvia y su maternal brisa, hoy todo significaba adiós en todas las lenguas.
Una despedia siempre es ese momento de palabras perdidas donde ya no se dice lo que jamás se dirá, lo que jamás se ha dicho...y qué importa lo que se diga, lo que no se diga, qué importa entonces todo si "todo pasa y todo queda"...queda todo riéndose de nostros mientras vous me manquez. Me habeís enseñado, nos hemos enseñado, espero, todo aquello que no dicen las banderas, ni los políticos, ni las fronteras, ni los libros de historia, ni siquiera los libros de poesía, nos hemos enseñado que la desnudez puede superar a cualquier cosa en belleza, que todo lo demás sobra cuando el rostro mira al rostro, cuando se encuantran una voz frente a otra voz, inventado lenguajes nuevos, lenguas tan propias, tan nuestras y a la vez de todo el mundo, de todas las patrias.
Sí, habeís venido del otro lado, de aquel lado que se nos antojó algún día tan helado de locura y de palabras contra el hombre, aquel otro lado desde el que un día os asomasteis entre las grietas del muro. Y ahora, que allí volveis, todo es nuestro, desde el eterno atardecer del sur hasta la blanca piel del norte, ahora que sé que cuando llegue allí habrá una cálida manta bajo la que dormir, ahora que es el momento de la marcha creo entender el sentido de todo aquello que nadié escribió. Y queda entre nosotros, sólo nuestro y de todo el mundo, la noche, el vino, el vodka, un suelo sobre el que dormir, aquellos cinco minutos que siempre duraban dos horas y todo aquello que nadie podría escribir.
Y yo quisiera decir para despedirme no hasta pronto, sino simplemente à tout à l'heure aún sabiendo que realmente es do widzenia

0 comentarios